miércoles, noviembre 26, 2008

Pancho

Hoy me volví a encontrar con Pancho. No sé ni su apellido, solo sé que es Pancho. Pancho en que baila salsa y a quien me encuentro de vez en cuando cada vez que mi tiempo me permite ir a clases de salsa.

Pancho es un tipo común, un chileno promedio que se debe levantar muy temprano para llevar comida a su hogar y para asegurarles una buena educación a sus hijas. Pancho es un tipo normal, que disfruta del ritmo de la salsa y que se ha encargado de ser un buen bailarín.

Pancho es un tipo común que gusta de bailar salsa….es un tipo normal salvo por un detalle….Pancho conoce a casi todo el mundo….

Pancho sale de su casa y saluda a unas 20 personas antes de llegar al paradero de micro. Una vez dentro del bus, se encuentra con aproximadamente unas 10 personas a quien él conoce e identifica perfectamente. En el trayecto de la micro a su trabajo, estrecha la mano de aproximadamente 8 sujetos con quienes comparte su jornada laboral y una vez en su puesto de trabajo saluda a toda la oficina.

Todos conocen a Pancho, pero nadie sabe su apellido. Todos conocen a Pancho, pero solo algunos sabemos el magnífico bailarín que es. Todos conocen a Pancho, pero todos desconocen el problema que es para Pancho que todos lo conozcan.

El problema de Pancho partió de pequeño, él nunca logró entender por que en la calle lo saludaban y por que siempre a donde quiera que él fuera, siempre había alguien que lo identificaba. Pancho creció saludando a mucha gente que no conocía…estrechando la mano y abrazando a mujeres y hombres a quienes no conocía. Con los años hizo el esfuerzo de aprenderse los nombres de las personas, lo que solo le trajo más problema….ahora no solo decía: hola-. Sino que ahora decía: hola Ines, hola Juan….

Un día estando pancho en una plaza se encontró con una mujer que no lo saludo. Era una mujer estupenda y por primera vez él deseaba que aquella mujer lo saludara y no fue así. Impávido ante esta situación, Pancho se acercó a conocerla y luego de varios cortejos y varios meses, logró que aquella mujer se convirtiera en su esposa.

Su esposa no tardó en darse cuenta del don de Pancho, pues ahora siendo pareja, ella pasó a ser automáticamente la “esposa de Pancho”.

Durante los primeros años resultó gracioso que Pancho, su marido, conociera a tantas personas….pero con el tiempo empezó a ser molesto para ella que es una mujer un tanto tímida. Decidieron cambiarse de casa y de comuna, y muy pronto se dieron cuenta que de nada sirvió. Definitivamente todos conocen a Pancho.

Y bueno esta historia no termina, pues Pancho existe y seguramente en estos momentos está en algún lado, saludando a alguien, estrechando la mano de algún sujeto, recibiendo el abrazo de alguien….anotando secretamente en su agenda el nombre de las personas a quien saludó para llegar a la noche a comentar con su esposa y reírse juntos de este extraño don….

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domingo, noviembre 02, 2008

Don Boris Arabia

Para Edison (versión no editada


Don Boris Arabia es un hombre común, sencillo, un padre de familia ejemplar y un empresario responsable.

De niño solía acompañar a su padre y ver como manejaba los dineros, sus fábricas y del trato que les daba a sus empleados.

-Como te ven te tratan-; escuchaba que le decía su Padre

-Siempre trata de Usted, sino te toman el codo-; le decía su padre mientras le arreglaba una arruga en su impecable traje.

-Siempre llega antes, no debes mostrarte holgazán en el trabajo-; Dá oportunidades, pero si no te cumplen, no hay derecho a segundas oportunidades; el respeto hijo se debe inculcar en base a obras y acciones-; eran algunas cosas que escuchaba Boris cuando era niño.

Boris creció, estudió, se casó y formó su propia empresa en Rancagua. Don Boris Arabia solía levantarse de madrugada, solía despertar a sus hijos, vigilar que se limpiaran y vistieran de forma impecable, mientras su señora de perfecta vestimenta preparaba un rico desayuno. A las 6:00 AM debían estar todos sentados y desayunando, se conversaba en familia sobre lo que se haría ese día y se leía parte del periódico que puntualmente debía llegar a las 5:45 y que su señora se lo dejaba abierto en la sección de negocios en el lugar de la mesa donde él se sentaba. A las 6:45 debía estar todos listos, y debían alistarse a la espera de que Don Boris Arabia vigilara los zapatos impecablemente lustrados de cada uno y con la aprobación otorgada decidiera ir a encender el auto.

El auto con el motor encendido a las 7:00 se encontraba a la salida de la hermosa casa, sus hijos le dan un beso a mamá y suben al auto. Don Boris, a pesar de ser un hombre calculador y aparentemente frío, espera a que sus hijos estén en el auto, para entrar a la casa y darle un beso a su señora. Ama a su señor y ella lo ama a él, se conocieron de niños y a escondidas mantuvieron una larga relación de pololeo pues el padre de Boris se oponía a que su hijo pololeara antes de acabar los estudios. Ese pololeo ha sido lo más osado que Don Boris ha hecho en su vida, y es claramente su mejor triunfo.

Besa a su señora y coquetamente le da una palmada en el trasero, ambos se sonríen y él la vuelve a besar. Drásticamente cambia su cara y se pone serio mientras cierra la puerta de la entrada y sube al auto. Durante los 20 próximos minutos repasa con sus hijos las tablas de multiplicar y la importancia de los buenos hábitos. A las 7:20 llegan al mejor colegio de Rancagua. Don Boris se baja del auto y acompaña a sus hijos hasta la entrada del colegio. Recuerda con nostalgia que su Padre nunca le dio una muestra de cariño en público, y casi por reflejo, toma las manos de sus hijos mientras caminan a la entrada. Se detiene frente a la puerta y besa en la mejilla a cada uno de sus hijos.

- ahí van mis caballeritos-; le dice al portero mientras sus hijos se alejan

- siempre los primeros en llegar-; le dice el portero a Don Boris.

Contento se sube Don Boris Arabia a su auto y maneja hacia su empresa, ubicada estratégicamente en el centro de Rancagua, si su Padre viviera se sentiría orgulloso.

A las 7:45 Don Boris ya está sentado en su escritorio y vigila sigilosamente quien de sus empleados llega antes, y quien llega atrasado, no por que castigará a quienes lleguen tarde, pues la verdad es que a pesar de las enseñanzas que le dio su Padre, Don Boris es un sujeto bonachón incapaz de despedir a alguien.

Un verano Don Boris Arabia decide contratar a un alumno en práctica durante un mes, no por que lo necesitara, sino por que le pareció bastante noble encontrar a un jovencito que quisiera trabajar en el mes de enero y más aún, que fuera personalmente a su empresa a pedírselo. Se sintió honrado y encontró un cierto parecido entre él y aquel jovencito.

Edison era un estudiante de agronomía que vivía en Requínoa, un muchacho sencillo y familiar. El padre de Edison no estuvo siempre presente, pero se encargó de enseñarle algunas cosas a su manera. – Siempre delante hijo, no hay que ser como los cocos de los chanchos-, le decía a Edison su Padre mientras alimentaban a los chanchos que comerían para los días de fiestas. Edison creció siendo el hombre de su familia al fallecer su Padre. Era un joven cariñoso y se esforzaba en ser un buen hijo para su madre. Logró sacar sus estudios entre las cosechas y su madre, y logró ser el único en su familia en llegar a la Universidad, lamentablemente debía viajar a la capital para estudiar y debía dejar a su madre sola por largos periodos de tiempo, asi que no dudo en acercarse a conseguir su práctica a la empresa que le quedaba más cercana a la vida que realizaba durante los meses de vacaciones.

Una vez que Don Boris Arabia le dijo a Edison que le daría práctica durante el mes de enero, Edison no tardó en solucionar el problema de transporte que le significaría llegar a las 8:00 a la oficina de Rancagua. Solo tuvo que pedirle al repartidor del pan que sagradamente pasaba por su casa a las 7:00 AM que le diera un aventón.

Fue así como Edison trastornó la vida de Don Boris Arabia, aquel lunes 6 de enero del 2006, cuando Edison llegó a la oficina a las 7:40 y cuando Don Boris Arabia siendo las 7:43 descubrió que por primera vez en su vida, uno de sus empleados llegó más temprano que él.

Aquel lunes, Don Boris Arabia, intentando disimular su descontento saludó a Edison con una sonrisa – buen día- , - Buenos días Don Boris-, le respondió Edison atentamente mientras ayudaba a su nuevo jefe a abrir la oficina.

Al día siguiente Don Boris Arabia tomó todas las precauciones que pudo y logró llegar a su empresa a las 7:40 AM, pero nuevamente Edison se encontraba en la puerta esperando a que alguien llegase a abrir.

La verdad era que Edison no quería llegar temprano, pero si no se iba con el repartidor de pan, no llegaba sino hasta las 9:00 a Rancagua, y como su Padre le había enseñando, él no quería ser como los cocos de los chanchos.

Para Don Boris Arabia todo esto era una tragedia, hacía su mejor esfuerzo para llegar antes que Edison, ya no dormía bien, y ya no le causaba agrado llegar a su propia empresa. Su mujer lo notaba desgastado, cansado y amargado. Ya no le daba un beso cuando se iba, ya no acompañaba a sus hijos hasta la puerta de la entrada y ahora solo se limitaba a tragar su desayuno….con todos estos trucos logró llegar a la oficina a las 7:20, sin embargo Edison había llegado aquel día a las 7:15.

Don Boris Arabia solo deseaba que aquel mes acabara luego, que aquel muchacho desapareciera para así nunca más tomar a un alumno en práctica.

El último día de enero, Don Boris Arabia se sentó relajadamente a la mesa, disfrutó de su desayuno, se rió junto a su familia, besó a su esposa como lo hacia antes, llevó de la mano a sus hijos al colegio, los besó y observó como se alejaban por el corredor del colegio. Se subió a su auto y a las 7:45 ya se encontraba en su escritorio. Durante esa mañana Don Boris Arabia tarareaba una canción una y otra ves, y los empleados murmuraban que el viejo se había vuelto loco.

A las 8:30 llegó Edison a la Oficina.

- Disculpe mi atraso Don Boris, hubo un imprevisto.-

- No importa chiquillo, último día nadie se enoja-. Le respondió Don Boris Arabia mientras golpeaba la espalda de aquel simpático joven.

A las 9:00 suena el teléfono de la oficina de Don Boris, era su señora que confundida le preguntaba por que había encargado a un nuevo repartidor que llevara pan a su domicilio a las 8:15 si siempre habían tenido el mismo repartidor que pasaba a las 5:30, y peor aún, para qué encargar el pan a esa hora, pues ahora desayunarían pan añejo….

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